lunes, 26 de noviembre de 2012

Desterrado

Los veo y excucho, pero no puedo llegar a ustedes.

El Pacífico es demasiado grande para encontrar ahí tus recuerdos, las olas son demasiado grises para encontrar ahí tu reflejo, pareciera que el mar se arrastra con pesar sobre la orilla para volverse helado e inerte y tú vuelves a ser quien eras hace cuarenta años, mirando la misma playa desde la orilla opuesta.
El tiempo se ha detenido en tus ojos, el pasado es una eterna película que se repite ante tu mirada envejecida, pero fuera de contexto.

Pero tu sigues ahí, contemplando el mar infinito con nostalgia, como si en tu corazón todo siguiera igual que antes...
Igual que antes...
La muerte y el destierro te han trastornado, el dolor de saber que el mundo que ayudaste a construir se ha consumido en la lejanía, te ha abrumado. Cuando te miro a los ojos puedo ver tus historias, aunque trates de ocultarlas tras esa máscara de sabiduría ¿Qué puedes enseñarme tú de la vida si todo lo que tienes son recuerdos? Ya no perteneces a este mundo, todo lo que solías ser se ha quedado en el pasado, sepultado con los muertos y con los anónimos torturados.